El pasado 8 de agosto, tras años de especulaciones y rumores, y con más de 2.000 millones de dólares de inversión, salía a la venta el primer dispositivo de la empresa americana Magic Leap, bautizado como One Creator Edition.
Pero ¿qué hay detrás de estas gafas? ¿realmente son la revolución que prometían? ¿o terminarán siendo una mera curiosidad, un capricho caro en el mundo de la tecnología?
Empecemos dejando una cosa clara: las Magic Leap One no van a hacer que jubilemos nuestros smartphones ni serán nunca un producto de masas. Tampoco es ese su objetivo. Como su propio nombre indica, nos encontramos ante un producto destinado a “creadores”, es decir, aquellos desarrolladores que se lancen a hacer la nada despreciable inversión inicial de 2295 $, que les permita diseñar aplicaciones para lo que esperan sea una plataforma revolucionaria.
En este post vamos a analizar el dispositivo que para muchos está llamado a revolucionar el sector de la incipiente realidad mixta.
Lo primero que hay que indicar es que las Magic Leap One consta de tres elementos principales:
El controlador Mission Control
Aunque el dispositivo se puede controlar a través de gestos con nuestras manos, se incluye un pequeño mando en el pack, similar al encontrado en otras gafas como las Oculus Go. De este modo tendremos dos opciones a la hora de interactuar con los contenidos.
El controlador dispone de dos botones, además de un gatillo y un trackpad en la parte superior. Además, está dotado de posicionamiento con 6 grados de libertad. Esto quiere decir las gafas detectarán su posición en el espacio independientemente de en qué sentido se mueva o rote, lo que debería permitir mayor comodidad e inmersión a la hora de utilizarlas.
El procesador Lightpack
El “Lightpack” es una petaca circular que alberga en su interior todo el poder de computación necesario para hacer funcionar las Magic Leap One. Es una decisión a nuestro juicio inteligente, ya que al optar por separar este componentes de las gafas propiamente dichas, se consigue reducir enormemente su peso y tamaño aumentando la comodidad del usuario. Su forma de “pinza” permite sujetarlo de forma sencilla en el bolsillo del pantalón y un cable lo une a las gafas.
En su interior alberga un procesador Nvidia Tegra X2 (similar al empleado en algunas tablets gaming), 8GB de memoria RAM y 128GB de almacenamiento, además de la batería, entre otras cosas. Estas son las especificaciones completas:
• Nvidia Tegra X2 (Parker) SoC con dos núcleos Denver 2.0 64-bit y cuatro núcleos ARM Cortex A57 64-bit.
• GPU integrada Pascal con 256 núcleos CUDA.
• 8 GB RAM
• Bluetooth 4.2, Wi-Fi 802.11ac/b/g/n, USB-C, puerto de auriculares 3.5 mm
Las gafas Lightwear
Bautizadas como “Lightwear”, son la pieza que más expectación ha despertado a lo largo del tiempo y donde, supuestamente, ocurre la “magia” del dispositivo, gracias a los Chips Fotónicos que deberían permitir que el usuario perciba los objetos virtuales con la misma nitidez y comodidad que los físicos.
Las gafas en sí tienen un diseño claramente reconocible y, si bien son más pequeñas que sus principales rivales, aún están lejos de confundirse con unas lentes convencionales. Alrededor de los cristales encontramos una serie de cámaras y sensores, que permiten que las Magic Leap One mapeen el entorno a fin de poder interactuar con él de forma realista.
El sistema de agarre a la cabeza, además de original es cómodo y fácil de usar. Las gafas cuentan con piezas intercambiables en la frente y el puente de la nariz, para lograr el mejor ajuste y se ofrecen en dos modelos de tamaños diferente.
Aunque actualmente no pueden utilizarse con gafas de óptica debajo, Magic Leap ofrecerá en el futuro la posibilidad de emplear lentes de prescripción con su dispositivo.
Las Lightwear cuentan con audio 360º, gracias a dos altavoces estéreo localizados en la banda de sujeción de las gafas, que proporcionan una mayor sensación de inmersión.
Para el final hemos dejado los elemento estrella del visor son los “chips fotónicos”. Lo primero que hay que decir de ellos es que, a pesar de la campaña orquestada por la compañía, no se trata de ninguna tecnología exclusiva.
Dicho esto, señalar que el resultado conseguido por las Magic Leap es bastante bueno, aunque limitado: cada lente cuenta con 6 capas, una para cada canal R, G y B del espectro de luz, multiplicado por dos para permitir enfocar la imagen en dos distancias diferentes. Este sistema permite un mayor nivel de realismo, si bien la limitación es clara: cada nuevo plano de enfoque requeriría un nuevo juego de tres capas, con el consiguiente aumento en grosor y coste. Existen otras tecnologías que persiguen resolver los mismos problemas y confiamos en que en un futuro se sigan produciendo avances en ese sentido.
La experiencia
Ahora que sabemos en qué consiste el hardware, hablemos de la experiencia en sí. Al ponernos las gafas interactuaremos con un sistema operativo propio, el Lumin OS, que cuenta con una interfaz basada en paneles flotantes y menús circulares que permiten al usuario abrir distintas aplicaciones e interactuar con ellas.
La imagen se percibe nítida y los colores vibrantes, y en esto sí que percibimos avances respecto a las Hololens de Microsoft. Sin embargo, todavía quedan retos por resolver, como ciertas vibraciones puntuales.
La oclusión (el hecho de que los objetos dejen de verse cuando los tapa un objeto físico) funciona de forma prometedora pero aún no perfecta. El mapeo del espacio que hace posible este efecto funciona de forma correcta y permite obtener un buen nivel de detalle del entorno.
Y así llegamos a uno de los aspectos más polémicos de toda gafa de realidad aumentada/mixta: el campo de visión. Sobre el papel, estamos ante un campo rectangular de unos 55º de diagonal, y una proporción 4:3. Esto se traduce, por ejemplo, en que a un metro de distancia podríamos ver entero a un gato (o un objeto de tamaño similar). Si nos vamos a los 3,5m de distancia, podríamos observar a un grupo de tres personas de 1,80m de altura una junto a la otra.
Contenidos
Las Magic Leap se han lanzado con una serie de aplicaciones instaladas, como el navegador Helio, que permite tener una experiencia web “3D” o el reproductor de vídeo “Screen”, que permite distribuir en el espacio varias pantallas, de tamaño personalizado, en los que visualizar todo tipo de contenidos. También incluye “Social”, una aplicación social basada en avatares.
Con las Magic Leap One se ha presentado también su tienda de aplicaciones, que además de proyectos proyectos propios incluye algunas demos desarrolladas por empresas colaboradoras. Tenemos, por ejemplo, la app Tonandi, una experiencia que combina modelos 3d, música y reconocimiento gestual, desarrollada en colaboración con Sigur Ros o la aplicación Create, con la que podemos introducir distintos modelos en nuestro entorno, algunos de los cuales interactuarán entre ellos.
Todas estas experiencias demuestran distintas capacidades de la Realidad Mixta en general y de las Magic Leap en particular, como la posibilidad de organizar la información en nuestro entorno o la de combinar de forma inmersiva lo virtual con lo físico de forma absolutamente natural.
Conclusión
Como conclusión, podemos decir que las Magic Leap One son un estupendo dispositivo para todo desarrollador que quiera adelantarse a la revolución que supondrá la realidad mixta y la “computación espacial” y que ofrece ya grandes posibilidades para el ámbito empresarial. Sin embargo, bajo ningún concepto debemos entenderlas como un producto destinado al consumidor final, ese título quedará probablemente para las Magic Leap Two, o quien sabe si para las gafas que prepara Apple rodeada de secretismo.
Si eres un desarrollador, con 2295$ en el bolsillo y la posibilidad de comprarlas (actualmente esto sólo es posible desde seis ciudades de EEUU), podrás acceder a uno de los dispositivos más prometedores del panorama tecnológico actual.
Si trabajas en una empresa, deberías estar muy atento a esta tecnología y empezar a buscar ámbitos en los que puede ayudarte. Si no lo haces, otros lo harán por ti y eso debería preocuparte.
Si eres un consumidor… Bueno, en ese caso, si tienes acceso a unas gafas no dudes en probarlas, la experiencia será espectacular, pero respecto a comprarlas, mejor esperar a la siguiente generación.