La industria del turismo comienza a implementar la realidad virtual para atraer al consumidor
La realidad virtual es una de las nuevas tecnologías con mayor capacidad para cambiar los hábitos de consumo de las personas, lo cual es bien conocido por los grandes sectores económicos.
Hay dos cosas que hacen especial la realidad virtual para el marketing. Por un lado, proporciona una capacidad de inmersión física que nos aísla del exterior y hace que todos nuestros sentidos se concentren en lo que estamos percibiendo. Por otro, tiene un gran componente emocional, que nos permite entender de forma más tangible los productos. Mostrar contenidos a través de dimensiones visuales y auditivas fomenta un mayor compromiso del usuario respecto a otras opciones convencionales.
Un claro ejemplo es la industria del turismo, que se beneficia ya de las oportunidades que aporta esta herramienta en un sector que debe enfrentarse al reto de vender bienes intangibles, mucho más difíciles de percibir y cuantificar. Al implementar la realidad virtual en su estrategia de marketing, los destinos vacacionales tienen una influencia sustancial durante todo el proceso de búsqueda de información, y especialmente en el momento de la toma de decisiones de los clientes.
Visita virtual al Machu Picchu desarrollada por Isostopy
Con la realidad virtual los turistas pueden experimentar el destino, su ambiente y emociones de antemano. Así, pueden adquirir una imagen de destino más detallada y unas expectativas mucho más realistas de su visita, porque una cosa es que en la agencia nos enseñen fotos de playas con aguas cristalinas y arena blanca y otra es estar rodeados de ese paisaje mientras escuchamos el ruido del agua y las gaviotas.
Recientemente, un grupo de investigación de la Universidad Fachhochschule, en Salzburgo, realizó un experimento en el que se comparó un vídeo promocional, grabado en 360 grados, de Dubrovnik con material turístico convencional. En concreto se comparó el vídeo con un folleto turístico de la ciudad croata, diseñado por el equipo, que contenía la misma información que el video. El estudio reveló que la visualización inmersiva despertaba hasta un 67% más el deseo de visitar el lugar, lo que demuestra el grado de beneficio que puede aportar a la comercialización del destino.
Otro ejemplo es el desarrollado por la cadena de Hoteles Marriot, que ha implementado una experiencia para Oculus Rift que permite viajar virtualmente, sin hacer la maleta o reservar un billete de avión, a los distintos destinos donde la compañía tiene presencia. De este modo el cliente potencial puede pasear por la playa de Maui o asomarse a las vistas de un apartamento en la Torre 42 en Londres y decidir cual será su próximo destino.
La realidad virtual puede jugar por tanto un papel muy importante en el proceso de toma de decisiones, aumentando el deseo de compra de un producto turístico. Ofrecer al espectador expectativas más realistas del destino y permitirle explorar y experimentar de forma interactiva el ambiente o las instalaciones hoteleras mejora enormemente la percepción positiva hacia los mismos. Algunos estudios confirman que cuando más sentidos están involucrados en el material promocional, las posibilidades son mayores de adquirir nuevos clientes. Debido a este hecho, la información proporcionada por la realidad virtual es, hoy en día, la más efectiva a la que se puede recurrir.